miércoles, 11 de julio de 2012
Recalculando...
Hace unos años, mi marido utilizaba una aplicación en su celular, un GPS desde el cual una seductora voz de mujer, muy española ella, le indicaba el camino. Como casi todo hombre que maneja, mi marido no suele seguir indicaciones... lo cual en el caso de las que daba la españolita del GPS fue una suerte, ya que constantemente le indicaba doblar en contramano o por calles inexistentes. Esto derivaba en que se escuchara a esta señorita repetir casi hasta el cansancio: "Recalculando, recalculando..." Mis hijos, por supuesto, muertos de risa, coreaban copiando el tono de la grabación: "recalculando....recalculando..." No duró mucho el uso de la aplicación, pero hasta hoy existe en nuestra familia la costumbre de repetírselo a alguien que cambia de opinión.
Cuando empecé este blog hace unos tres años, lo hice con la casi única intención de llevar una especie de registro de mis actividades "tejeriles". Pero últimamente me he dado cuenta que los blogs que más me gusta leer son aquellos en que quienes los escriben, además de sus trabajos artesanales, cuentan anécdotas, pensamientos u opiniones, muestran fotos de sus cosas o lugares favoritos, es decir, comparten una parte de su vida que no necesariamente es glamorosa, a veces es tan común como la mía.
Así que aquí estoy, "recalculando...recalculando...".
Hoy les quiero mostrar una foto que saqué en mi jardín hace unos pocos días. Puede ser que alguien se pregunte que tiene de particular una rosa amarilla, y para saberlo les cuento su pequeña historia. Para quien no vive por estos lugares, en este momento estamos en pleno invierno, una época no muy común para que una rosa florezca, pero además este pequeña planta "lucha" desde hace unos 5 años por sobrevivir al invasivo avance de un helecho plumoso de un lado y de un aloe por el otro, a los cuales la tijera de podar mantiene a raya por poco tiempo. Apenas a podido regalarme unos pocos pimpollos cada primavera, sin embargo, no se rinde, llegando incluso a florecer en invierno cuando nadie lo espera y sorprendiéndonos como un inesperado rayo de sol en un día muy nublado. Me gusta mucho mi rosa amarilla!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario